El objetivo de este documento marco es que el trabajo decente sea la única forma de trabajo, se garantice un salario justo, se proteja la igualdad de oportunidades y la no discriminación, se blinde la libertad sindical y el derecho a huelga y que se garanticen unos niveles mínimos de protección social. La carta puso cierre a dos días de debates y diálogos en los que se ha reflexionado sobre cómo deben ser los Estatutos del Trabajo del presente siglo, con más democracia económica y la participación de las personas trabajadoras en las empresas, así como las transiciones ecológica y digital o cómo construir un feminismo laborista que favorezca espacios de trabajo inclusivos y diversos.